Los “Bofedales” corresponden a agrupaciones vegetales compuestas por diversos tipos plantas dispuestas densamente en cojines sobre zonas de circulación de aguas, caracterizando el típico paisaje verde del altiplano (3.500 – 4.000 metros sobre el nivel del mar). Los bofedales en si se ordenan en función de un gradiente de humedad asociado a la pendiente de los causes de agua, el cual determina las asociaciones de plantas presentes en cada zona de la gradiente.
Este recurso vegetal constituye la principal fuente de alimentación de la ganadería camélida (llamas y alpacas) y herbívoros silvestres, siendo la base del sustento familiar de las comunidades campesinas asentadas en el altiplano.
La explotación de este recurso forrajero se realiza de manera extensiva sobre vastas zonas comunitarias. Los bofedales a lo largo del año presentan una marcada estacionalidad del crecimiento de sus pastos, determinada por las extremas condiciones climáticas existentes (veranos fríos, temperaturas mínimas invernales entre -7 y -13°C; y sequía durante 8 a 10 meses). Esta estacionalidad hace que ganaderos del altiplano emprendan el movimiento del ganado (costeo) hacia partes bajas (pre-cordillera) en busca de otros recursos alimenticios durante los meses de invierno.
En la actualidad los fenómenos de sequía se presentan cada vez con más frecuencia, afectando fuertemente el desarrollo de la agricultura en las distintas comunidades campesinas del altiplano. La incertidumbre de la ocurrencia de lluvias suficientes para estimular el crecimiento de los pastos en la zona hace relativa la curva de distribución de la producción de forraje de los bofedales, implicando que el período de carencia de forraje invernal se extienda drásticamente más allá de los típicos meses de invierno.
Ante la falta de forraje durante invierno y a la ocurrencia de sequía, es prioritario adoptar estrategias tendientes a mejorar la disponibilidad de forraje en estos períodos. Es así como la introducción de manejos como el rezago de praderas (descanso), carga animal y recuperación de bofedales a través de manejos culturales, favorecen el aumento de la cobertura del suelo cambiando la composición de especies de las comunidades vegetacionales (aumento de producción y calidad del forraje). En la práctica esto significa que aquellas plantas consideradas invasoras tiendan a su disminución, abriendo paso a la colonización de especies de mayor interés para el ganado.
Una estrategia de manejo integrado de bofedales debiera considerar para el aumento de la capacidad sustentadora:
- El aumento de superficie de bofedales a través de la incorporación del riego por bordes.
- El aumento de la productividad por hectárea a través de períodos de rezago y el control de la carga animal por especie ganadera.
- Recuperación de sectores con vegetación muerta a través de la incorporación de vegetación de pastizales vecinos.
Previo a establecer cualquier manejo es importante caracterizar la composición de especies vegetales presentes y la dinámica de producción de forraje del bofedal.
SEQUIA EN EL ALTIPLANO
Enlace a video de la noticia click aquí.
Por Dr. Ing. Agr. Francisco Fuentes Carmona.
Este recurso vegetal constituye la principal fuente de alimentación de la ganadería camélida (llamas y alpacas) y herbívoros silvestres, siendo la base del sustento familiar de las comunidades campesinas asentadas en el altiplano.
La explotación de este recurso forrajero se realiza de manera extensiva sobre vastas zonas comunitarias. Los bofedales a lo largo del año presentan una marcada estacionalidad del crecimiento de sus pastos, determinada por las extremas condiciones climáticas existentes (veranos fríos, temperaturas mínimas invernales entre -7 y -13°C; y sequía durante 8 a 10 meses). Esta estacionalidad hace que ganaderos del altiplano emprendan el movimiento del ganado (costeo) hacia partes bajas (pre-cordillera) en busca de otros recursos alimenticios durante los meses de invierno.
En la actualidad los fenómenos de sequía se presentan cada vez con más frecuencia, afectando fuertemente el desarrollo de la agricultura en las distintas comunidades campesinas del altiplano. La incertidumbre de la ocurrencia de lluvias suficientes para estimular el crecimiento de los pastos en la zona hace relativa la curva de distribución de la producción de forraje de los bofedales, implicando que el período de carencia de forraje invernal se extienda drásticamente más allá de los típicos meses de invierno.
Ante la falta de forraje durante invierno y a la ocurrencia de sequía, es prioritario adoptar estrategias tendientes a mejorar la disponibilidad de forraje en estos períodos. Es así como la introducción de manejos como el rezago de praderas (descanso), carga animal y recuperación de bofedales a través de manejos culturales, favorecen el aumento de la cobertura del suelo cambiando la composición de especies de las comunidades vegetacionales (aumento de producción y calidad del forraje). En la práctica esto significa que aquellas plantas consideradas invasoras tiendan a su disminución, abriendo paso a la colonización de especies de mayor interés para el ganado.
Una estrategia de manejo integrado de bofedales debiera considerar para el aumento de la capacidad sustentadora:
- El aumento de superficie de bofedales a través de la incorporación del riego por bordes.
- El aumento de la productividad por hectárea a través de períodos de rezago y el control de la carga animal por especie ganadera.
- Recuperación de sectores con vegetación muerta a través de la incorporación de vegetación de pastizales vecinos.
Previo a establecer cualquier manejo es importante caracterizar la composición de especies vegetales presentes y la dinámica de producción de forraje del bofedal.
SEQUIA EN EL ALTIPLANO
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Por Dr. Ing. Agr. Francisco Fuentes Carmona.
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