TALLER: APROXIMACIONES PARA EL MEJORAMIENTO GENETICO DEL AJO EN CAMIÑA

En la localidad de Camiña se realizó el taller: “Aproximaciones para el mejoramiento genético del ajo en Camiña”, dirigido a agricultores de esta comuna rural de la provincia del Tamarugal. Aquí se tuvo oportunidad de presentar los alcances del desarrollo de un plan de “mejoramiento genético comunitario” del ajo local, utilizando herramientas biotecnológicas. El taller se realizó como parte del proyecto “Innovación y fortalecimiento de capacidades productivas y educativas para la agricultura de la Provincia del Tamarugal”.

El cultivo del ajo presenta una amplia actividad dentro de nuestro país, tanto desde el punto de vista económico como social. El ajo se ha convertido en un alimento popular y nutritivo. A nivel global, se registran cambios en los hábitos alimenticios de la población, privilegiando una alimentación más sana y reconociendo al ajo como un alimento que reúne cualidades importantes para la salud. De esta manera el ajo es una de las especies hortícolas más extensamente estudiadas por sus propiedades terapéuticas en el ser humano. Aparte de sus tradicionales usos como fuente de principios antibióticos y antidiabéticos, recientemente se ha comprobado que es fuente de sustancias anticarcinogénicas, hipocolesterolémicas, y fibrinolíticas. En su composición química el ajo contiene calcio, manganeso, hierro, zinc, fósforo, cloro, yodo, ácido nicotínico, vitaminas B1, B2 y C, selenio y otras sustancias del grupo de los antioxidantes. Varios de los beneficios medicinales del ajo se deben a un compuesto llamado “alicina” que está siendo estudiado en múltiples lugares del mundo.

Situación del cultivo de Ajo
En Chile, según las cifras del VII Censo Silvoagropecuario, existen unas 1.044 hectáreas cultivadas con ajo. De éstas, más del 80% de la superficie se concentra en sólo tres regiones del país: Metropolitana, Valparaíso y O’Higgins. Las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Los Lagos muestran una superficie interesante, alcanzando un total de 171,1 hectáreas, o sea, un 16,4% de la superficie total de ajos del país. Asimismo la superficie de ajo sembrada en Chile según el VI Censo Agropecuario (1997) fue de 2.579,6 ha, donde la Región de Tarapacá tuvo una participación del 8,3% (213,6 ha).
Al comparar la información de los dos últimos censos agropecuarios en la zona norte de Chile, se desprende un fuerte descenso de la superficie sembrada de ajo, considerando una disminución de un 43,88%, considerando las regiones de Arica y Parinacota y de Tarapacá.
Según información del ajo en la región de Tarapacá y la nueva región de Arica y Parinacota, se observa que la productividad del ajo (en las principales zonas de cultivo: Camiña y Lluta), los rendimientos se encuentran fuertemente influidos por el estado sanitario del cultivo más que por el sistema de siembra. Así, a partir de múltiples encuestas se observa que los rendimientos (declarados para el año 2004) fueron de clasificado de mínimo: 1,3 ton/ha (siembra muy afectada por nemátodos), máximo: 15 ton/ha (en pequeñas superficies) y promedio: 7 ton/ha.
Si se considera la situación promedio nacional, los rendimientos han experimentado disminuciones, se puede señalar el descenso de 7-8 ton/ha a 4-5 ton/ha para el cultivar Rosado INIA y para ajo Blanco de 10-12 ton/ha a 7-8 ton/ha.
Entre las principales limitantes del rendimiento del ajo, se encuentran las enfermedades virales, que causan generalmente síntomas de mosaico y/o estrías cloróticas en las hojas. Se ha determinado que estas enfermedades son responsables de producir una disminución del rendimiento, que puede alcanzar al 50%, dependiendo de las condiciones de cultivo. Otro aspecto de gran importancia es la presencia de nematodos del tallo y de los bulbos, Dytilenchus dipsaci (Kuhn), que ha demostrado su incidencia negativa en el desarrollo del cultivo. Este nematodo puede causar pérdidas que fluctúan entre un 30% a 80%. Estas pérdidas están directamente relacionadas con el grado de infestación del bulbillo o diente que se usa como semilla y/o el suelo que se va a plantar.

Consideraciones para el mejoramiento genético del ajo
Frente a las crecientes importaciones de ajo chino a bajo precios a nuestro país y la fuerte competencia en el mercado internacional para las exportaciones chilenas, la perspectiva para la producción de ajo nacional sigue siendo compleja. El consumo de ajo rosado persiste en el país y presenta, por lo general, un mejor precio que el ajo proveniente de China, que los consumidores están dispuestos a pagar por presentar este producto características organolépticas y de duración distintas a las del ajo chino. En este caso, la rotulación, diferenciación e información de este producto se presenta como la mejor estrategia para que los consumidores puedan percibir la diferencia de un producto de mejor calidad y aumentar así su compra y consumo, tal es el caso del ajo de Camiña, reconocido por su bondad aromática en el uso culinario.
Una buena estrategia para posicionar el ajo de Camiña podría ser seguir los ejemplos español y francés, que enfrentan la misma competencia que Chile por la gran cantidad de ajo de procedencia china a bajo precio. Estos países han optado por la Indicación Geográfica Protegida (IGP), con el fin de diferenciarlo en los mercados internacionales, promoviendo su comercialización y expansión en los mercados, así como su protección, prestigio e investigación.
Una segunda consideración es el desarrollo de propagación masiva y libre de patógenos de bulbos-semilla, mediante cultivo in vitro, para ser re-introducido entre los agricultores. La comercialización de bulbos-semillas de ajo libres de virus y nematodos ha constituido un control eficaz para evitar su propagación, permitiendo que los productores puedan a través de la utilización de mejores tecnologías de producción incrementar sus rendimientos y así, sus ingresos.
Finalmente el desarrollo de un programa de “mejoramiento genético comunitario”, basada en caracteres morfológicos, productivos y organolépticos, permitirá el uso de germoplasma de ajo mejorado y caracterizado para su posicionamiento en los mercados tradicionales de consumo como hortaliza, posibilitando al mismo tiempo explorar nuevos mercados potenciales como el de semillas, farmacéutico, alimentos funcionales, entre otros.

Por: Dr. Ing. Agr. Francisco Fuentes Carmona