Wednesday, August 26, 2009


MEJORAMIENTO DE LOS SUELOS, NUEVO FOCO DE QUEJAS
El proyecto de ley del ministerio es visto como un paso atrás, ya que tendría una orientación más social que técnica.

Preocupados están los productores. Al complejo escenario económico se le suma la cercanía del término del programa de recuperación de suelos degradados, uno de los más valorados por los agricultores, especialmente de la zona sur.
Nació de las compensaciones que se entregaron para mejorar la competitividad del sector agropecuario luego de la firma que convirtió a Chile en Estado asociado del Mercosur. La idea fue, mediante una bonificación, incentivar a los productores de las regiones sureñas a establecer praderas de mejor calidad y mejorar los índices de productividad de los suelos, con la aplicación de dosis de fósforo y carbonato de calcio como corrección al empobrecimiento que presentaban. Esto les permitía contar con mejores pastos, lo que implicaba, por ejemplo, optimizar la rentabilidad ganadera: el mejor pasto significaba nutrición animal de mayor calidad, que conlleva una ganancia más rápida y de mayor peso. Eso, además, abre la posibilidad de colocar más animales en el campo y así aumentar la escasa masa ganadera del país. Es decir, un beneficio redondo.
Pero la normativa expira en noviembre de este año. Ya hay un proyecto de ley en el Congreso que acaba de ser aprobado por la Comisión de Agricultura del Senado.
Y esta semana probablemente podría ser votado por la sala y avanzar en su tramitación. Hasta ahí todo bien. Pero, a pesar de lo positiva que es la extensión del beneficio, en el sector productivo hay inquietud por el foco que el Ministerio de Agricultura le ha dado a la nueva ley: uno que privilegia lo social sobre criterios técnicos, en que el incentivo estaría orientado a las personas y no directo a la necesidad o condición del suelo. La fórmula dejaría fuera a muchos agricultores de tamaño mediano y grande.
La propuesta de los empresarios agrícolas es que la iniciativa retome la filosofía que ha tenido hasta ahora y la confrontan con las políticas de desarrollo productivo que se han aplicado en el país, como el DL 701, que convirtió a Chile en potencia forestal. Dicen que lo mismo puede ocurrir con los pastos si se implementan recursos fuertes y potentes en un período acotado de 12 años, enfocados al mejoramiento de la tierra.
"Si bien los suelos están en manos de privados, hay que entender que son un importante activo del país, ya que la producción que se genera en ellos permite dar trabajo, generar riqueza y lograr el ansiado bienestar de la sociedad. Por ello, el proyecto del Ministerio de Agricultura debe ser modificado de manera de asegurar un impacto real, que permita a Chile dar el gran salto productivo que otros sectores como el forestal han podido experimentar", señala Tomás Erber, presidente de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno.
Para los agricultores, eso significa visión de futuro.
"Nueva Zelandia entendió hace muchos años que si el Estado invertía en mejorar la productividad de sus suelos, el sector agropecuario podría competir en mejores condiciones que el resto de los países en rubros como la leche y la carne. Chile también tuvo esa visión hace 30 años y creó un incentivo a las plantaciones forestales, cuyos resultados saltan a la vista. Al igual que en Nueva Zelandia, la apuesta chilena por los bosques fue grande, a diferencia de lo que ha ocurrido con el programa de suelos, en el que el Estado apoya, pero con un financiamiento que está muy lejos de satisfacer la demanda", dice Erber.

Por: Arnaldo Guerra M.(Revista del Campo 24/08/09)

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