Monday, June 14, 2010


LO QUE LE FALTA A LA EDUCACIÓN TÉCNICO AGRÍCOLA

Los técnicos son claves para responder a las necesidades productivas. Sin embargo, al ingresar los niños traen menos de un 40% de los conocimientos básicos, por ello los 4 años de educación media no alcanzan a dejarlos con las especificidades técnicas. Hay alternativas para que esta formación de el giro que necesita.

Martina Salvo de Oliveira egresó del Liceo Agrícola de Chillán, estudió Agronomía e hizo un doctorado en la Universidad de Concepción. Una historia que, si bien no es única, no es la usual entre los estudiantes que ingresan a los liceos técnicos agrícolas del país. Lo común es que a los egresados les cueste encontrar trabajo, y que cuando lo hacen éste no siempre satisface sus expectativas económicas y sus competencias específicas. Las causas son variadas y parten por el nivel con que los niños llegan a la educación secundaria.
Según datos del Sistema de Medición de Calidad de la Educación, los jóvenes que ingresan a primero medio en escuelas rurales saben apenas el 40% de lo que debieran. "Al llegar a primero medio hay jóvenes que no leen de corrido, y en matemáticas, los conocimientos llegan apenas a dos operaciones", sostiene Patricio Crespo, presidente de la Corporación de Desarrollo Social del Sector Rural, Codesser.
Esta situación retarda la formación técnica, porque los liceos deben nivelar contenidos, pasar la malla humanista, y recién en 3º y 4º medio comienzan a impartir los conocimientos técnicos. Y esos dos años no son suficientes para entregar todas las herramientas que los jóvenes requieren para responder a las necesidades del mercado.
El tema no es menor ya que en estas escuelas se está formando un importante capital productivo: técnicos que deberán ocupar posiciones clave para el desarrollo de las empresas agroalimentarias, y cuyo papel será cada vez mayor.
"Creemos que es fundamental potenciar la enseñanza técnica agrícola para que Chile logre el objetivo de convertirse en una potencia alimentaria y forestal. Chile necesita más profesionales técnicos, de las más diversas áreas, pero especialmente agrícolas ya que este sector representa una de las actividades productivas más importantes del país", sostiene el ministro de Agricultura, José Antonio Galilea.
Las causas que generan el bajo nivel formativo con que llegan los jóvenes a primero medio, parten en su entorno: padres con baja escolaridad, falta de estímulos y situaciones familiares de riesgo son parte de sus vidas. Según cifras de Codesser, el 61% de los establecimientos de educación técnica se encuentra en el decil de mayor vulnerabilidad.
"Hay un déficit en el orden social, humano, afectivo y psicológico, con realidades complejas y precariedad. Entonces, el rol de los educadores es mucho más que el formativo", explica Emiliano Ortega, presidente del Instituto de Educación Rural, IER.
Las dificultades formativas hacen que en muchos casos, una vez que egresan del liceo, el escenario laboral sea esquivo. A los estudiantes les cuesta insertarse en el mundo laboral, y cuando lo hacen, deben realizar trabajos menos calificados.
A esto se suma que deben competir con ingenieros agrónomos, quienes están egresando en masa desde distintos institutos y universidades, y dada la gran cantidad de los profesionales, muchos terminan realizando labores como administrar un campo, dirigir una cosecha, o fiscalizar un proceso de packing, actividades inicialmente asociadas al perfil de los técnicos.
"Hay agrónomos que están trabajando por sueldos de técnicos, lo que va en desmedro de estos últimos", sostiene Inostroza.
Para los liceos asociados a Codesser y al IER el panorama es un poco más positivo. Según cifras de Codesser, el 90% de los alumnos que se instruyeron a través de su red educativa sigue estudiando o trabajando. El problema es que no todos los liceos técnicos agrícolas tienen ese respaldo, y hay una gran diferencia entre trabajar en lo que se estudió, o como mano de obra en una faena, porque no hay otras opciones.

Revitalizando el área técnica
Los técnicos agrícolas cumplen un rol clave, y se requiere promover cambios que les permitan responder a las necesidades productivas del país.
"Hacen falta más mandos medios, porque no todos pueden ser gerentes e ingenieros. Alguien tiene que operar las máquinas, trabajar con los animales, manipular los parrones. Los técnicos marcan la diferencia en los márgenes que existen en cada rubro agropecuario", explica Sergio Haeger, director del liceo Agrícola Vista Hermosa.
Una de las medidas que buscan nivelar la formación académica de los jóvenes, y a la vez alejarlos del desincentivo que muchas veces promueve el ambiente familiar, es la implementación de becas para que los alumnos se queden en régimen de internado en los establecimientos.
Los liceos asociados a Codesser e IER otorgan este beneficio a una parte importante de sus estudiantes, lo que contribuye a fortalecer su perfil humano y profesional. En ese sentido, es clave el rol de los educadores, así como las comunidades, vecinos y empresarios, que apadrinan a los jóvenes, les colaboran con uniforme, y con otros incentivos para que se sientan motivados.
"Debiera haber mayor reconocimiento del Ministerio de Educación a los coeducadores, ya que son muchos los actores, además del colegio, que intervienen en el proceso educativo. Otorgarles un diploma por su Responsabilidad Empresarial y Social podría ser una alternativa que motivaría su rol, lo que iría en mayor beneficio de los propios estudiantes", sostiene Ortega.
Otra manera de mejorar las perspectivas de los jóvenes técnicos sería a través del mejoramiento de las mallas de asignaturas, del enfoque formativo y las prácticas profesionales.
Por ejemplo, en el liceo Agrícola Vista Hermosa se dejan dos asignaturas cambiables, que se ajustan según los requerimientos del mercado. Si los empresarios necesitan técnicos en algún manejo productivo de berries, o en el tratamiento específico para las vacas lecheras, el liceo se anticipa y busca a través de la flexibilidad de la malla, dar respuesta a los requerimientos.
Masificar esa política en los liceos técnico agrícolas podría hacer más competitivo el escenario para sus egresados.
Intensificar las prácticas en distintos rubros, en regiones e incluso fuera de Chile, también podría mejorar el escenario de estos técnicos. Cuando existen sistemas de redes nacionales -como las del IER y o las de Codesser- se facilita que los jóvenes vayan a hacer prácticas a lo largo del país. Entonces, si un joven técnico nortino quiere aprender más sobre lechería, va al sur, y así recíprocamente. Otra fórmula es buscar convenios internacionales que permitan que los estudiantes hagan su práctica en el extranjero, lo que les abre mayores oportunidades.
"Nuestros jóvenes han ido a Nueva Zelandia a hacer su práctica por un año. También acabamos de firmar otro convenio con Francia, y este año van 18 niños allá. Eso va mostrando caminos distintos a la desesperanza. Y cuando alguien tiene ilusión por algo, cambia su conducta ante la vida", sostiene Arsenio Fernández, Secretario de Codesser.
Y eso suma plus como técnicos que entienden otros idiomas, lo que en el mundo globalizado de hoy se transforma en una necesidad básica.
Dado que otro de los problemas es que los cuatro años de Educación Media son pocos, una propuesta que permitiría mejorar el actual escenario, sería la ampliación del quinto año de Educación Media en liceos técnicos agrícolas. La iniciativa que promueven Codesser y el IER pretende que la red de establecimientos que administran pueda otorgar un título de técnico de nivel superior, al igual que los Centros de Formación Técnica, lo cual daría un valor agregado a los jóvenes.
"Antes la educación técnica duraba cinco años, y hoy dura dos (tercero y cuarto medio), porque primero y segundo medio fueron definidos como científico humanista. Con un año más se podría dar a los jóvenes un título técnico de nivel superior, y por tanto mejorar sus perspectivas", explica Fernández.
Otra de las claves estaría en estrechar los vínculos entre los liceos y las empresas. Hay iniciativas interesantes, como la del Liceo Agrícola de Talagante, el cual a través de una alianza con la neozelandesa Novazel busca transformarse en especialista en el cultivo de flores. Algo parecido realiza la escuela de Río Negro, que envía a sus alumnos a aprender de lechería a Nueva Zelandia. En el país, otra propuesta vanguardista la promueve el Liceo Agrícola de Longotoma, el cual trabaja en un proyecto conjunto con la empresa local de carnes de pavo Sopraval.
Además del convenio colegio- empresa, una mayor vinculación de universidades y centros de investigación podría abrir otras puertas. Existen actualmente proyectos de la Universidad de Talca, de la Universidad de Concepción y del Instituto de Desarrollo Agropecuario, que incluyen centros vitícola, de pomáceas y de riego. Pero el potencial de trabajo conjunto es mayor. Los distintos rubros, y las necesidades del mercado ofrecen múltiples posibilidades en ese sentido, a las que hay que sacarles mayor provecho, para perfilar a Chile como potencia agroalimentaria.
"Para formar en las técnicas actuales, con todas las complejidades que eso implica debe haber un trabajo conjunto entre agricultores, asociaciones, empresarios, colegios y universidades. Sólo con todos los agentes, podremos aspirar a alcanzar el propósito de convertir a Chile en potencia agroalimentaria", afirma Ortega.
Para convertir a Chile en referente de la producción alimenticia, el rol de los técnicos es fundamental. Ellos serían la base sobre la cual desarrollar una serie de procesos productivos, y por tanto, podrían hacer competitivo y real el propósito de convertir al país en potencia en los agroalimentos. Pero para eso es vital que estén al nivel de esas necesidades. Lo que proponen los ministerios
Ministerio de Agricultura: Consideran que el trabajo debe apuntar a seguir profesionalizando el capital humano, incluir las nuevas tecnologías como base de la instrucción, fomentar la capacitación de los actores involucrados en el proceso y buscar mecanismos para "cautivar" a los alumnos.
Ministerio de Educación: "Debemos encaminar a los niños de acuerdo a la productividad de la zona, lo cual permitirá asentar a los habitantes en sus propios lugares y contribuirá a la producción y al desarrollo de su propia región. Tenemos una gran deuda con la formación técnico- rural", sostiene el Ministro de educación, Joaquín Lavín. En el Mineduc proponen además fortalecer el inglés y promover la alfabetización necesaria en tecnologías.
Las oportunidades de hacer práctica en el extranjero
Rafael Maripán, estudió en la V Región, en un liceo del IER. Una práctica en Vizcaya, España, le permitió aprender y posteriormente crear, en Ancud, su propia empresa -Chilozabal- de quesos de leche de oveja.
Andoni Abaroa egresó del Liceo Agrícola Vista Hermosa, y se fue dos años a hacer una pasantía a Nueva Zelandia a través de la neozelandesa Manuka. Hoy, con 22 años, administra dos campos y proyecta su propio negocio.

Internet
Conozca la experiencia de los alumnos en el video: click aquí
Por Martina Salvo de oliveira (Revista del Campo - Junio 14, 2010)

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